viernes, 11 de julio de 2008

Y pensé que sería más fácil

Y pensé que sería más fácil mantener el blog... híjole, pues no es así. En las últimas semanas he tenimo mucho trabajo. Mi trabajo, cuál malabarista de ciro, consiste en hacer todo esto al mismo tiempo: análisis político de coyuntura, manejo administrativo de proyectos, coordinación de un programa regional, análisis conceptuales y (en ocasiones) teóricos, hacer grilla, escribir artículos, moderar procesos de diálogo multidisciplinario, entre otras cosas...
Por eso, no he hecho más notas al blog. Vale, pues trataré de solucionar este asunto.

En fin, pasando a otras cosas. ¿Han estado en alguna situación en donde simplemente no sepan cómo actuar? ¿en donde se queden paralizadas/os? A mí me acaba de suceder hace unos pocos dias. Todos los dias, por la mañana, tomo la linea rosa del metro de la Ciudad de México para llegar a mi oficina. Para sobre-llevar la contínua violación a mi espacio e intimidad en las horas más llenas del metro, siempre voy enchufado al ipod y generalmente leo una novela para poder aislarme de ese momento tan estresante. Acostumbrado a leer y a escuchar música, he desarrollado una especie de reflejos de "protección" para estar alerta sobre cualquier intento de robo por un presunto "robador" "asaltante" "ladrón" "amante de lo ajeno".

En esas estaba cuando un día, dos chavitos que viajaban a mi lado, se hicieron señas y uno de ellos tomó un portafolios de un señor sentado cerca de nuestro lugar para inmediatamente echarse a correr. Corrió como pocas veces he visto correr a un chavo, la neta. Total, que el señor se salió corriendo tras él gritando a la policía que lo detuvieran. Ya no supe qué pasó, pero lo que me sacó bien cabrón de onda fue que el otro guey se quedó a mi lado y yo ¿qué hice?: me quedé paralizado. No de miedo, si no de no saber qué hacer. ¿Agarrarlo a madrazos y entregarlo a la policía? ¿gritarle "oye tú que pedo"? ¿jalar la palanca de emergencia y denunciarlo a la policía en cuanto acudiera al llamado? Pues esas y otras posibilidades pensé, pero solo eso, porque no hice nada. Los otros pasajeros también se dieron cuenta y nadie hizo o dijo nada. ¿Qué onda? Fue muy surreal.

Si yo hubiera sido el afectado, me hubiera gustado que alguien que se hubiera dado cuenta lo sucedido, hubiera hecho algo y hubiera entregado al "cómplice". Pero el hubiera no existe, dice mi mamá.

Cámaras, prometo (me) escribir más seguido, aunque la neta, estoy pensando en darle un giro a este blog... luego les cuento.

Actualmente leyendo: "Vidas perpendiculares" de Álvaro Enrigue, editado por Anagrama. Por cierto, este ejemplar está autografiado por el autor, tiene -además de su firma- una caricatura de una oveja que dice "¿Jorge?" Raro. Escuché que Álvaro siempre firma con alguna caricatura.

Escuchando en este momento: Remember de Ritchie Kotzen, en vivo desde Brasil... de lujo. Kotzen es un cabrón... es un gran guitarrista, es jóven, es bien parecido, y hace unas rolas poca su madre.

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